La final femenina se ponía en marcha en la Philippe Chatrier con las dos jugadoras que habían demostrado ser las más fuertes dentro del cuadro, la número uno del mundo en su tercera final en París, Simona Halep y la ganadora del US Open, Sloane Stephens. La rumana, que había superado con claridad a Garbiñe Muguruza en semifinales, acusó en mayor medida los nervios, por el hecho de no contar en su palmarés con un Grand Slam, y entró en el juego de la estadounidense, que en la primera manga manejó los peloteos con mayor autoridad.
La lucha era titánica desde el fondo de la pista y ambas tenistas hacía lo posible por llevar el ritmo de los peloteos, aunque la balanza se inclinaba hacia el lado de Stephens, cuando en la primera oportunidad del partido se hacía con una rotura que sería definitiva en el devenir de la primera manga (1-3). La número uno del mundo no dejó de intentarlo y pudo igualar la contienda, alargando el set, sin embargo, falló en el momento clave. Algo que no había hecho su rival anteriormente (3-6).
Simona Halep fue un rodillo en el tercer set, que estaba decidida a que no se le volviera a escapar un título de Grand Slam en el último suspiro. Stephens bajó los brazos y arrojó la toalla, y la rumana no lo desaprovechó. Se convirtió en la 49ª tenista que conquista uno de los cuatro grandes con total merecimiento, en su cuarto intento. La número uno mundial, es más número uno tras triunfar en París, según eurosport.es.
Foto: eurosport.es
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