Ambasada României în Regatul Spaniei: Vă prezentăm un articol publicat de ministrul Afacerilor Externe, Bogdan Aurescu, în revista spaniolă “Diplomacia”, privind obiectivele României în relația cu Spania în anul aniversării a 140 de ani de relații diplomatice între cele două țări.
ESCRIBE BOGDAN AURESCU, Ministro de Asuntos Exteriores de Rumanía: RUMANÍA Y ESPAÑA 140 AÑOS DE RELACIONES DIPLOMÁTICAS
Este año celebramos 140 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Rumanía y España, países situados en los extremos del continente europeo, pero unidos desde la Antigüedad por su origen latino común y la personalidad del emperador Trajano.
Las primeras relaciones políticas directas entre ambos pueblos se establecieron en el siglo XV, con la firma de un tratado de cooperación antiotomana.
De manera periódica, los diplomáticos españoles han transitado por territorio rumano, como Alfonso Carrillo y Diego Galán en el siglo XVI o Ignacio María del Corral y Aguirre a principios del siglo XIX, que nos dejaron valiosas descripciones. Mihail Kogălniceanu, que se convertiría en ministro de Asuntos Exteriores de Rumanía y, más tarde, en primer ministro, visitó España en 1846 y dejó interesantes notas de viaje.
El inicio de las relaciones diplomáticas rumano-españolas tuvo lugar en 1881, cuando el gobierno español solicitó la aprobación de las autoridades rumanas para establecer una representación diplomática permanente en Bucarest, después de que España hubiera reconocido un año antes la independencia estatal de Rumanía. Así se estableció la Legación del Reino de España en Bucarest, encabezada por un encargado de negocios, después ministro residente, Juan Pedro de Aladro. La Legación de Rumanía en Madrid comenzó a funcionar el 15 de junio de 1913 y el primer representante de Rumanía en España fue George Cretzianu, exsecretario general del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Tras la Primera Guerra Mundial, las relaciones bilaterales experimentaron un desarrollo continuo, debido también al parentesco existente entre ambas Casas Reales. Más tarde, durante la trágica Guerra Civil Española (1936-1939), miles de personas, en su mayoría mujeres y niños, pudieron salir de España viajando con documentos emitidos por la Legación Rumana en Madrid. Además, varios centenares de españoles fueron salvados al ser alojados en casas alquiladas por la Legación de Rumanía en Madrid y el Consulado General de Rumanía en Barcelona.
Las relaciones diplomáticas con el gobierno del general Franco se interrumpieron en 1946 y Rumanía reconoció ese mismo año al gobierno español en el exilio. Las relaciones entre los dos Estados se reanudaron en 1967, inicialmente en forma de representaciones comerciales y consulares en Madrid y Bucarest. El nivel de representación se elevó al rango de embajada en 1977, tras la muerte del general Franco y el retorno del país a un régimen democrático, y Rumanía fue el primer país del bloque comunista en restablecer las relaciones ofi ciales con España. Después de la Revolución rumana de 1989, España fue uno de los primeros países en apoyar activamente el regreso de Rumanía a la comunidad democrática y el rumbo euroatlántico de nuestro país.
Hoy, en el año aniversario, las relaciones bilaterales rumano-españolas se encuentran en un excelente nivel, el de consolidación de la Asociación Estratégica establecida en 2013. Ambos países pertenecen al espacio euroatlántico y comparten visiones comunes a nivel europeo e internacional. El apego profundo y constante al multilateralismo y al derecho internacional, la protección de los derechos humanos universales y la promoción de la solución de controversias de cualquier índole por medios pacíficos siguen siendo, asimismo, constantes fundamentales del marco de acción internacional de Rumanía y España.
Nuestros pueblos están unidos tanto por afinidades históricas, culturales y lingüísticas, como por la presencia en España de una gran comunidad rumana, una comunidad activa, fuerte y muy bien integrada en la sociedad española y que en la actualidad constituye un vínculo extraordinario de las relaciones rumano-españolas. Agradecemos a las autoridades españolas el constante apoyo brindado en este sentido a nuestros ciudadanos, y destacamos, al mismo tiempo, la constante contribución de la comunidad rumana al desarrollo económico y social de España. Conceder la posibilidad de la obtención de la doble ciudadanía, objetivo principal de esta comunidad, sería una medida simbólica de suma importancia.
Precisamente por estos motivos, la edición 2020 de la Reunión Anual de la Diplomacia Rumana contó entre sus invitados de honor con la ministra Arancha González Laya, cuya participación por videoconferencia fue muy apreciada por el cuerpo diplomático rumano. Fue una señal de que las preocupaciones en la vecindad oriental también presentan interés en el otro extremo de Europa, del mismo modo que nosotros, en Bucarest, estamos interesados por lo que está sucediendo en el Mediterráneo.
Asimismo, la ministra Arancha González Laya compartió en la Reunión las lecciones aprendidas por España tras la pandemia. Las medidas adoptadas por las autoridades rumanas y españolas frente a un desafío que no ha tenido en cuenta las fronteras nacionales han sido efectivas solo en coordinación con la UE y los socios europeos, tanto en lo tocante a la creación de un corredor de tránsito para ciudadanos, como a las compras de material sanitario o a la elaboración de planes de reconstrucción con ayuda de fondos europeos.
El 140º aniversario de las relaciones diplomáticas representa una excelente oportunidad para dotar de un nuevo impulso a nuestras relaciones políticas, económicas y culturales, en beneficio mutuo de los dos Estados, también mediante la organización de una primera sesión conjunta de ambos gobiernos, en función de la evolución de la situación epidemiológica. La sesión conjunta de gobierno representaría un ejercicio particularmente útil para trazar un mapa de prioridades comunes de acción.
Las relaciones económicas entre Rumanía y España constituyen un pilar sólido de las relaciones bilaterales. Durante los últimos 10 años se ha producido un notable desarrollo desde el punto de vista económico: el comercio bilateral ha aumentado un 175%, mientras que las inversiones españolas en Rumanía han aumentado un 150%. Aunque el comercio bilateral disminuyó en 2020 debido a la crisis sanitaria, esta caída está por debajo de la disminución media del comercio de Rumanía con los Estados miembros de la UE. Por otro lado, a pesar de las incertidumbres económicas generadas por la pandemia, el valor de las inversiones se ha mantenido al nivel anterior a la crisis. Estoy convencido de que los vínculos económicos retomarán su tendencia de crecimiento y las empresas españolas encontrarán en Rumanía un notable potencial de desarrollo empresarial.
Por tanto, hasta la organización de la prevista sesión conjunta de gobierno, la celebración de los 140 años de relaciones diplomáticas rumano-españolas es también la ocasión para organizar una serie de actos públicos, con la participación de instituciones culturales de ambos países. Apostamos por los temas más variados, que reflejarán tanto la diversidad de la sociedad en nuestros países como elementos históricos comunes. Entre estos planteamientos menciono la exposición arqueológica sobre Dacia como frontera de la romanidad, que pretendemos presentar al público español, junto con la exposición de documentos diplomáticos realizada por los Archivos Diplomáticos de los Ministerios de Asuntos Exteriores de nuestros países.
En 2021, 140 años después de la fundación de nuestras relaciones bilaterales, con –ojalá– la salida del desafío más reciente de toda la humanidad, nos proponemos un nuevo salto cualitativo en la relación con los socios españoles y en el aprovechamiento de las oportunidades que ofrece el nuevo entorno global. España y Rumanía poseen una larga historia, valores e intereses comunes que constituyen la sustancia de una relación cada vez más estrecha. Expreso mi confianza en que Rumanía y España, mediante una política exterior activa y actuando a través de una diplomacia altamente profesionalizada y con políticas culturales efectivas, seguirán manifestando su espíritu democrático y resiliente.