El impacto de la Revolución rusa en Rumanía: la unión de Besarabia en la prensa española

“ – Pero, la guerra, hijo, la guerra; las circunstancias. ¿Tú sabes dónde está la Besarabia?

– No, señor.

– Pues anda y apréndelo, y cuando lo sopas, vuelve por aquí.”

Mundo gráfico en una columna de opinión cargada de humor nos ofrece una idea del conocimiento que  tenía el español medio sobre la antigua Besarabia rusa, hoy Moldavia y, en general, de Rumanía; sin embargo, al menos, desde la firma del Tratado de San Estéfano (1878) que, entre otros aspectos, contemplaba la cesión de Besarabia al Imperio ruso por parte de Rumanía, el lector informado conocía en España la existencia de Besarabia. No fueron escasas las noticias publicadas sobre Besarabia a raíz de dicho tratado, noticias en las que se tendía a considerar que este territorio era rumano y que Rusia se lo había arrebatado al país balcánico bajo coacción. Así, en La América de 26 de junio de 1880 se decía de Besarabia que estaba “pegada fuertemente a su nacionalidad (la rumana) como la carne al hueso”, mientras que  La República de 20 de agosto de 1891 aseveraba que Rusia había “arrebatado la Besarabia, única fuente de la riqueza del reino de Rumanía”. En enero de 1917, Hojas selectas afirmaba que “las comarcas de Transilvania y Bukovina, que si bien pertenecen geográficamente a Austria la primera y a Rusia la segunda, son étnicamente rumanas y habrían de incorporarse al reino de Rumania si en vez de estar trazadas las fronteras de las nacionalidades modernas por la espada de los conquistadores y la pluma de los diplomáticos, lo estuviesen, con arreglo al derecho natural y los principios democráticos, por la libre voluntad de los pueblos”.

Mapa de 1883 de la gobernación de Besarabia y sus regiones en el Imperio ruso / es.wikipedia.org

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, y el consiguiente alineamiento con uno u otro bando, los diarios españoles  reflejarán en sus páginas su postura  en relación a la entrada de Rumanía en el conflicto. Analizando diversos periódicos, nos encontramos con tres grandes tendencias:

Rumanía podría unirse a los Imperios Centrales para recuperar Besarabia. Así, El correo español de 13 de enero de 1917 venía a decir que, si los aliados buscan liberar a los pueblos esclavizados por Austria-Hungría, también deberían preocuparse por “devolver Besarabia”.

Rumanía podría unirse a la Entente para recuperar Bucovina y Transilvania

Rumanía podría unirse a la Entente, no solo para recuperar Bucovina y Transilvania, sino también Besarabia. En este sentido, se esperaba que Rusia devolviera dicho territorio para favorecer la entrada en la guerra del país balcánico a favor de la Entente: “No hay que olvidar que los rumanos lo mismo desean Besarabia que Transilvania. En ambas regiones existen millones de rumanos que soportan un yugo extranjero y nada suave, ruso allí, húngaro junto a los Cárpatos. Si no pueden redimir a los de Transilvania, procurarán salvar a los de Besarabia”.

Sin embargo, si en agosto de 1916 Rumanía decide participar en el conflicto del lado de la Entente, el estallido  de la Revolución en Rusia y el derrumbe del frente balcánico, facilitarán la ofensiva austro-alemana sobre Rumanía y forzará a esta a abrir negociaciones de paz con los Imperios Centrales, hecho que suscitará intensas emociones en la prensa española: así, si bien ciertos diarios manifiestan que la caótica situación en la que se ve sumida Rusia hace inviable la resistencia de Rumanía y muestran cierta comprensión a inicio de las negociaciones con los adversarios de la Entente… La Correspondencia de España de 7 de diciembre de1917 aseguraba que el ejército rumano “estaba en una posición crítica a causa de la desbandada de las tropas rusas que operan en el frente vecino. El cuartel general y el gobierno rumanos, que habían sufrido cruelmente por la anarquía rusa, parece ser que se han encontrado cercados por las bandas maximalistas que avanzaban hacia Jassy (sic)”.

Paralelamente al debate suscitado en la prensa española en torno a la cuestión de si Rumanía debía aceptar o no la Besarabia aprovechando el derrumbe del Imperio zarista, se sucederá la publicació de informaciones relativas al proceso que culminará con la anexión de Besarabia a Rumanía. Así, en diciembre de 1917, La época recogía una noticia publicada por el diario inglés The Daily Chronicle en la que se anunciaba que “el comité central de Besarabia ha pedido al gobierno de Finlandia una copia del proyecto de Constitución de Finlandia. Se cree, por tanto, que Besarabia trata también de erigirse en República independiente” (La época 8 de diciembre de 1917). Al día siguiente, era La Acción el que daba cuenta de la independencia de Estonia y añadía la posible independencia de Besarabia.

Castillo de Soroca – República de Moldavia (ciudad de Soroca) / moldova.md

En enero de 1918 se informa de que Trostky ha exigido la evacuación rumana de Besarabia, a lo que Rumanía respondió que se había llevado a cabo como consecuencia de la actuación de la “soldadesca rusa” (La Acción 3 de enero de 1918). El 27 de enero, La Mañana, informaba de fuertes combates en Chisinau entre tropas rumanas y bolcheviques y de cómo, estos últimos, “para procurarse medios, venden incluso las armas, las municiones y los uniformes, que son adquiridos a bajo precio por los paisanos y los soldados rumanos”. El 6 de febrero de 1918, El liberal se hace eco de la petición del gobierno de Besarabia a Rumanía “para proteger (de los bolcheviques) los centros de aprovisionamientos con el objeto de que la población rumana no padezca hambre”. Ese mismo día, La Correspondencia de España daba cuenta de la constitución del Gobierno autónomo de Besarabia al frente del cual se encontrarían: Jerkhan, como Presidente del Consejo; Kriesti, al frente del ministerio de agricultura; Tcheban, interior; Crumfold, Comercio; Kojcukhar, Guerra y Marina y Televan, Estado. Dos días después, El Imparcial señala que “el frente ruso de Moldavia se deshace completamente; unidades rusas abandonan sus puestos y, al retirarse, atacan y saquean las ciudades y pueblos rumanos”. Dadas estas circunstancias, según El Imparcial de 8 de febrero de 1918, “el Gobierno de Besarabia ha pedido a Rumanía que envíe tropas para impedir la devastación del país por los bolcheviques, que saquen los depósitos de víveres y detienen los trenes”.

En abril de 1918, El Liberal da noticia de la recepción, por parte de M. Marghiloman de un despacho enviado desde Chisinau:

“Después de dos días de deliberaciones, la Dieta de Besarabia ha aprobado la reunión de Besarabia con Rumanía a las siete de la tarde por 86 votos contra tres. Tuve conocimiento de la votación á esa hora, y en seguida, en nombre del Rey y del pueblo rumano, procláme la reunión de ambos países en medio de indescriptible entusiasmo. A las ocho de la noche se efectuó en la Catedral una solemne función en acción de gracias.

Reina en la población la alegría y soy muy feliz”. – Firmado, Marghiloman.

Inmediatamente M. Arion contestó:

“Ha vencido el derecho. Con el corazón lleno de alegría te felicito por tu brillante éxito. Las heridas del país tendrán con ese acto una mejoría. La importante reunión ratificada confiere nuevas fuerzas á Rumania, que se vuelve grande.

¡Viva Besarabia! ¡Viva Rumania! – Firmado, Arion”.

El 22 de ese mes de abril, El Liberal daba la noticia de que la Rada Central de Ucrania se negaba a reconocer la unión de Besarabia a Rumanía, si bien, abría la puerta negociar un acuerdo que tuviera en cuenta la voluntad de toda la población de la región, a lo que Rumanía respondería  que este país “no se ha anexionado Besarabia, sino que fue Besarabia la que expresó su deseo de unirse a Rumanía” (La Acción, 27 de mayo de 1918).

Finalizada la guerra, los diarios españoles, aún los más favorables a la Entente y, por ello, críticos el Tratado de Bucarest de 1918, aceptan con normalidad el hecho de la anexión, tal y como manifiesta El Sol del 17 julio 1919.

Por su parte, con motivo de la publicación de La obra de Trajano del diplomático Ramón de Basterra, La Voz recuerda que Besarabia fue una tierra irredenta y nos presenta, con completa normalidad, una Rumanía completa y unida: El rey “Femando entró en Bucarest, y la nación corrió a la Transilvania, a la Bukovina, a la Besarabia, a todas las tierras irredentas”. (La Voz 15 de marzo de 1921).

Fortaleza de Khotyn – Jotín, Óblast de Chernivtsi, Ucrania (territorio de la región de Besarabia histórica) / istoria.md

Históricamente, en las élites intelectuales españolas hubo siempre cierta inclinación por Rumanía, quizá por su común francofilia, pero fue gracias a Ramón de Basterra que esas simpatías hacia la nación y la cultura rumanas se generalizarían ya sin mediar el interés de ninguna potencia europea, sino por la común herencia romana y por el hecho de ser dos naciones con antepasados comunes, presentes similares y futuros en proyección. El debate sobre Besarabia habría contribuido a un mayor conocimiento el país y su papel en Europa.

Fuentes consultadas: La Acción, La América, El Correo español, La Correspondencia de España, La Época, La Guerra illustrada, Hojas selectas, El Imparcial, El Liberal, La Mañana, Mundo gráfico, Nuestro tiempo, La República, El Sol, La Voz.

JORGE MARTÍN

PROFESOR DE HUMANIDADES

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